Una cabeza gacha.
Una calle inesperada.
Mil palabras mudas
hacen un cerebro que no para.
Tu mirada y mi mirada
cruzadas.
Tu orgullo y el mío
a la alza.
“Ya no significas nada”
Entonces ¿Por qué se revuelven las entrañas?
Continúo el camino.
Y una promesa se me cruza en el alma:
Prometo sacarte del destierro y perdonar
para llegar a sentir nada.
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